Juan Guaidó: “Los venezolanos queremos ser libres”

Redacción: Fuente Externa
Juan Guaidó: "Los venezolanos queremos ser libres"

Enero de 2019 es una fecha central en la vida de Juan Guaidó. Ese mes no solo asumió la presidencia de la Asamblea Nacional, siendo el político más joven en ostentar ese cargo, sino que también juró como presidente encargado de Venezuela.

Medio centenar de países -entre ellos Alemania- reconocieron su condición de jefe de Estado. Cuatro años más tarde, terminado su período, viajó a Estados Unidos, donde vive actualmente.

¿Regresar a Venezuela? “Es lo que quiero, poder regresar, poder decidir. Los venezolanos queremos ser libres de decidir, tener libertad. Yo quiero regresar a mi país y poder hacerlo significa ejercer tu libertad y tus posibilidades”, dice Guaidó a DW, en una conversación donde el concepto “dictadura” se repite varias veces, y donde el Cartel de los Soles, grupo de narcotráfico que, según Estados Unidos, lidera Nicolás Maduro, también se menciona con frecuencia.

DW: El lunes asumió Donald Trump la presidencia de Estados Unidos. ¿Esperaba algún anuncio más sustancial respecto a la situación de Venezuela?

Juan Guaidó: La designación del Tren de Aragua como grupo terrorista apunta a hacer responsable a la dictadura, que es asociada al Cartel de los Soles, y fija una posición hacia lo que significa el crimen organizado transnacional, que tiene una antena no solo repetidora, sino promotora, en Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Eso es una señal muy clara.

Trump ha sido duro en general, basta mirar lo que ha dicho del Canal de Panamá. ¿De verdad no esperaba algo más firme en contra de Maduro?

Trump ha sido siempre duro con Maduro, y también el secretario de Estado, Marco Rubio, que caracterizó a la dictadura como narco-régimen.

Más allá de señales o tonos, creo que hay unas declaraciones muy contundentes y claras de quien ejecuta la política internacional del presidente Trump. Yo creo que, en este momento, más que leer entre líneas, hay que ir a los hechos.

A propósito del Tren de Aragua, en Chile el fiscal que investiga el asesinato del exteniente antichavista Ronald Ojeda acusó directamente al régimen de Maduro de haber ordenado al Tren de Aragua cometer este crimen. ¿Cree usted que es capaz realmente el Gobierno de Maduro de organizar algo tan complejo?

Sin duda, son muy ineficientes en términos de Gobierno tradicional. Por ejemplo, en Venezuela no hay agua ni energía eléctrica en los hogares. Pero, a la vez, organizaron un golpe de Estado, se han mantenido en el poder de manera inédita, matando, asesinando, torturando.

Todo apunta, como denunciaba el fiscal en Chile, como nosotros también denunciamos al principio, que ordenaron el asesinato del teniente Ojeda a través de una de sus bandas criminales como es el Tren de Aragua.

Debemos ver al Tren de Aragua simplemente como una franquicia operativa del Cartel de los Soles, o sea no es para nada descabellado.

¿Por qué ha sido tan difícil conseguir una sublevación de la Fuerza Armada en Venezuela? 

Hay dos respuestas preliminares. La primera es que cuando analizas el alto mando militar te das cuenta de que inicialmente el 53 por ciento de los altos cargos militares ocupaban posiciones de gobierno: el general X se encarga del oro, otro del acero, y así. Se hicieron cómplices, es una receta muy cubana, muy de hacer cómplices.

¿Y los cuadros más bajos?

Bueno, los cuadros medios y bajos tienen tasas de deserción de las más altas de la historia de Venezuela. Es un indicador de que no están con ellos los cuadros bajos, porque no tienen cómo vivir, cómo subsistir, como la mayoría de los venezolanos.

Y otro punto son los castigos ejemplarizantes. ¿Recuerdas a Raúl Baduel, al que se le atribuye el rescate de Hugo Chávez en 2002, pero que en el 2007 le hace reconocer su derrota en el referéndum revocatorio?

Él termina asesinado indirectamente en la cárcel. Seguramente has escuchado del general Miguel Rodríguez Torres, preso, torturado, por sus mismos compañeros de promoción.

Hay una doble presión, económica y física, por así decirlo.

Exacto. Y ahí tenemos que incluir al teniente Ojeda, esta vez con un sistema de represión transnacional. Tenemos que entender esa realidad. Por eso nos movilizamos, nos organizamos, votamos, defendemos los votos.

Hasta ahora, la estrategia de movilización, de defender los votos, no ha logrado el efecto esperado. ¿Qué otra vía existe si no hay apoyo de la Fuerza Armada?

No lo veo de esa manera, porque sería decir que votar ya no funciona. La estrategia ha pasado por votar, y lamentablemente la dictadura ha bloqueado ese escenario. Pero no es solo el voto, también están la movilización, la protesta pacífica, las negociaciones.

Piensa en lo que significa el reconocimiento de nuestra constitución como Gobierno interino, lo que significa el no reconocimiento de la dictadura. No podemos decir que la democracia fracasó. La máxima presión, las sanciones, por polémicas que suenen, tienen también un objetivo.

¿Qué ha fallado, entonces?

El problema viene cuando queremos atribuir a una herramienta la redemocratización de un país. Es decir, las sanciones tienen una función, la protesta tiene una función y un objetivo, la votación tiene un objetivo muy claro. Lo que tenemos que hacer es insistir con la democracia, tomando en cuenta que la Fuerza Armada es fundamental, porque no va a haber transición en contra de la Fuerza Armada.

Ahora, esto no tiene que ver solo con Venezuela. Cuando miras a Bielorrusia, a Nicaragua u otros países del mundo, la pregunta es por qué en esos países no se ha recuperado la democracia, cuáles son los incentivos que tienen las dictaduras para salir.

¿Cuáles son?

Hoy las dictaduras quedan impunes. Si Daniel Ortega secuestra a siete precandidatos presidenciales y evita una elección libre y no pasa nada, el incentivo para Maduro es hacer exactamente lo mismo.

Lo que te quiero decir es que hay que insistir con las herramientas que tenemos a disposición. Sí puedo decir que los venezolanos han dado muestras de audacia, de resistencia, de amor por la democracia, de sacrificio propio y de lucha constante, y creo que no va a ser diferente hasta recuperar la democracia.

También es razonable que la gente se canse, que se aburra de salir a las calles y que tenga miedo a la represión. ¿Cómo se hace para mantener vivo el espíritu de la ciudadanía?

No solamente que se aburra, porque no tiene que ver con eso, tiene que ver con miedo, con terror. Imagínate tú que vayas a votar en tu país y puedas terminar preso o muerto por ejercer un derecho.

¿Cómo se hace para vencer el miedo? Con el deseo de ser libres, y hay dirigentes de partidos que llevan seis meses secuestrados. La lucha es a riesgo de vidas, tenemos 2.000 presos políticos simplemente por recoger actas el 28 de julio.

Por cierto, hay en Venezuela más presos políticos que en Nicaragua, Cuba y Rusia sumados. La lucha se hace más compleja porque la dictadura se ve más expuesta, más sola, y compensa eso y la falta de popularidad con brutalidad y represión.

Seguir leyendo en DW (Diego Zúñiga)

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