El regreso de astronautas varados: efectos del espacio en el cuerpo humano

Redacción: Fuente Externa
El regreso de los astronautas varados: efectos del espacio en el cuerpo humano

Cuando los astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Sunita Williams, tocaron las aguas del Golfo de México esta semana tras una misión espacial que debía durar solo ocho días pero se extendió por más de nueve meses, no solo regresaron con experiencia y datos científicos, sino con cuerpos profundamente transformados y hasta dañados.

La misión comenzó el 5 de junio de 2024 como parte del primer vuelo tripulado de la cápsula Starliner de Boeing hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). El plan original era quedarse ocho días, pero fallos técnicos en los propulsores y el sistema de helio de la cápsula los dejaron varados en órbita por casi 300 días, convirtiendo lo que debía ser una breve estancia en uno de los vuelos más largos de la historia espacial.

Aunque ambos astronautas regresaron sonrientes y felices, su recuperación apenas comenzaba. Según el profesor Damian Bailey, investigador en fisiología humana, “el espacio es el entorno más extremo que los humanos hemos encontrado, y no hemos evolucionado para soportar esas condiciones extremas”.

Durante su tiempo en el espacio, sus cuerpos pasaron por cambios físicos notables debido a la microgravedad, la radiación espacial y el aislamiento prolongado. Los músculos y huesos se atrofian rápidamente debido a la falta de gravedad, lo que provoca un envejecimiento acelerado de los tejidos. Cada mes, pierden aproximadamente un 1% de masa muscular y ósea, lo que puede dejar secuelas incluso después de regresar.

El regreso a la Tierra implica un largo proceso de rehabilitación. Al llegar a Houston, los astronautas ingresaron en cuarentena y comenzaron un programa de evaluación médica y recuperación física.

Uno de los principales retos es la readaptación a la gravedad terrestre, que afecta a la propiocepción (la capacidad del cuerpo para mantener el equilibrio y ubicar sus movimientos). Este proceso, aunque suele durar algunos días, podría tomar semanas después de una misión tan prolongada.

Además de la pérdida muscular y ósea, los astronautas experimentan otros efectos: los pies se suavizan debido a la falta de peso, la visión se ve alterada por la presión sobre el nervio óptico, y el corazón se vuelve más redondeado y menos eficiente. También están expuestos a radiación espacial, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer y enfermedades degenerativas a largo plazo.

El aislamiento extremo en la EEI también tiene efectos psicológicos, como fatiga, alteraciones del sueño y estrés crónico. El sistema inmunológico de los astronautas también se ve afectado por la dieta limitada y la falta de estímulos externos, lo que los hace más vulnerables a enfermedades al regresar a la Tierra.

El espacio es una meta fascinante, pero a un alto costo. La verdadera misión comienza cuando los astronautas regresan a casa, enfrentándose a los efectos de su tiempo fuera de la Tierra. El viaje espacial puede cambiar todo, desde cómo late el corazón hasta cómo se sienten los pies al tocar el suelo.

Fuente Infobae

Compartir
0 Comentario

You may also like

Bloque de comentarios