Este inquieto ciudadano se refiere al proyecto de modernización fiscal que se discute en estos días, al que denomina un parche más al sistema tributario
En esta nueva gestión de gobierno del Presidente Luis Abinader Corona, con el interés de que sea aprobado su proyecto de modernización fiscal sometido al Congreso Nacional, que lo de modernización es solo porque proviene del partido que lo apoyó, el Revolucionario Moderno, se ha vendido la idea de que la República Dominicana tiene una presión fiscal muy baja con relación a los demás países de la región, es decir, una baja recaudación fiscal, que apenas alcanza a un 14 %, por lo que se requiere la aprobación urgentemente de esta.
Lo que nunca se dice es que los sectores de clase media y de bajos ingresos, tienen que cubrir todos los servicios básicos, debido a la incapacidad y a las deficiencias de las instituciones públicas para satisfacer las mismas.
Una deficiencia
Además, que somos el tercer país más deficiente de la región en el cobro del ITBIS, con una evasión fiscal de un 47 % y de un 55% del Impuesto sobre la Renta, que alcanzan la suma de más de 550 mil millones de pesos, lo que genera una gran ira e indignación en estos sectores sociales al observar cómo se le carga a ellos todo el peso de la ley, en cambio, a los que evaden y a los que disfrutan de grandes privilegios fiscales, se les protege.
Se anunció a la ciudadanía una reforma fiscal integral, es decir, que corrija todas las distorsiones del sistema tributario, no una de parches, como la que se ha sometido.
En publicaciones anteriores habíamos expresado que si el gobierno solo se enfoca en una reforma progresiva, para buscar nuevas fuentes de ingresos y no para ir en auxilio de la clase media y de los sectores de menores ingresos, la misma sería un fracaso total.
Todo ciudadano tiene el deber sagrado de pagar sus impuestos, pero “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, esto es, siempre que dichos impuestos les sean devueltos en obras y servicios; que no se aplique la ley del embudo: “Lo ancho para el gobierno y lo estrecho para uno”.
Falencias de la modernización fiscal
En esta reforma no se vislumbra el cumplimiento de los objetivos a los que supuestamente iría dirigida, como la mejoría de la calidad del gasto público y de la calidad de vida de los ciudadanos; la persecución a la evasión fiscal; la eliminación los incentivos y exenciones a los sectores poderosos, entre otras.
Todo lo contrario, los sectores de clase media y de bajos ingresos, serán como siempre los más castigados con más impuestos; se le va a reducir la exención del pago del impuesto a las propiedades inmobiliarias (IPI), que hasta ahora es de un poco más de 8 millones de pesos, en un momento en que cualquier vivienda modesta cuesta más de 9 millones de pesos.
En estos momentos, los materiales de construcción están por las nubes y la propia reforma los va a incrementar; además, se les aplicará la duplicación del impuesto a las placas de vehículos. Es decir, que la misma, en nada va a beneficiar a la clase media y baja; todo lo contrario, causará más daños que bienestar a la población. El remedio será peor que la enfermedad.
Ahora se le va a cambiar el nombre al Impuesto a los Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) por el de Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Para las nuevas generaciones, este fue el nombre con el que se designó a este impuesto durante el gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco, del Partido Revolucionario Dominicano, en el año 1984, y que su aplicación provocó grandes protestas y pobladas. Recuerdo que el director de orquesta Koqui Acosta grabó un merengue en alusión a este impuesto, el cual expresaba “Tú iba y te vi”.
Encarecimiento disfrazado
Con esta nueva reforma se pretende ampliar la base impositiva a una gran parte de los productos y servicios de la muy encarecida canasta básica familiar que estaban libres de dicho impuesto, lo que va a encarecer aún más el costo de la vida de los más desposeídos.
Esta medida va a aumentar la evasión fiscal, pues una gran mayoría de los empresarios retiene el Itbis pero no lo paga, lo que constituye una doble violación a la ley, cuando se retiene y se apodera de un dinero que no le corresponde, ni se paga a la DGII. Hay que recordar el caso de las impresoras fiscales, cuya instalación fue rechazada por estos.
Dicha reforma desgraciadamente va ser aprobada utilizando la mayoría absoluta o calificada que tiene el partido oficial, pues para eso, el gobierno del cambio de Luis Abinader, derrochó en las pasadas elecciones congresuales y presidenciales de forma abusiva, una gran parte del presupuesto nacional, que hoy le está haciendo falta, para elegir de manera aplastante a sus legisladores para que le aprueben, como borregos la misma, sin escuchar a los distintos sectores de la sociedad y sin la más mínima capacidad de análisis, con lo que estarán cavando su propia fosa.
Conclusión: con esta reforma fiscal los ricos serán más acaudalados y los pobres más vulnerables. Que Dios nos coja confesados.