El Informe sobre la Felicidad Mundial correspondiente al 2022 sitúa a la República Dominicana en el puesto número 69, y coronó, por quinto año consecutivo, a Finlandia como la nación “más feliz del mundo”, dejando a Afganistán en el último eslabón.
En el ranking de este año, nuestro país obtuvo una evaluación de 5,737, lo que le permitió avanzar y dejar atrás el puesto número 73 del informe del 2021, en el que logró una nota de 5,545. En los dos años anteriores, 2020 y 2019, la República Dominicana se encontraba en los puestos 68 y 77, respectivamente.
El informe es financiado por la Organización de las Naciones Unidas desde hace 10 años y se basa en sondeos que preguntan a las personas por su sensación de felicidad y cruzan estas informaciones con datos del PIB, de los niveles de libertad individual o de la corrupción, entre otros.
Finlandia se sitúa por delante de Dinamarca, Islandia, Suiza y Países Bajos, que le siguen en esta lista.
“Los tres avances más importantes fueron los de Serbia, Bulgaria y Rumania. Los retrocesos más fuertes se dieron en Líbano, Venezuela y Afganistán”, según el “World Happiness Report”.
El informe en América Latina
Costa Rica, en el puesto 23, Uruguay (30) y Brasil (39) son los latinoamericanos mejor situados en esta clasificación. Venezuela (108) es el país latinoamericano peor situado, incluso por debajo de Irak.
“La lección que se saca del informe, en estos diez años, es que la generosidad entre las personas y la honestidad de los gobiernos son cruciales para el bienestar”, según Jeffrey Sachs, uno de sus coautores.
Día Internacional de la Felicidad
El informe fue difundido previo a la celebración del Día Internacional de la Felicidad, que se conmemora el 20 de marzo tras la resolución 66/281, de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En su resolución, la ONU reconoce “la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno”.
La resolución reconoce, además, “la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos”.
El organismo aboga por valores fundamentales como la amabilidad y la compasión, especialmente en tiempos de crisis a causa de conflictos bélicos, pandemias como el coronavirus o hambrunas, para alcanzar la felicidad.