La democracia tiene sus particularidades. Así lo refiere este estudioso, en esta aleccionadora anécdota sobre Adlai Stevenson
Por Néstor Estévez
La democracia tiene sus particularidades. Hay una famosa y aleccionadora anécdota sobre Adlai Stevenson, un político demócrata que se postuló para la presidencia de los Estados Unidos en 1952 y 1956, frente a Dwight D. Eisenhower.
Stevenson era conocido por su inteligencia y estilo elocuente, lo que le ganó el apoyo de sectores académicos y progresistas.
En una ocasión, durante una de sus campañas presidenciales, un partidario se acercó a él y le dijo: «Señor Stevenson, todos los ciudadanos inteligentes lo apoyan». A lo que el político, con su agudo sentido del humor, respondió: «Eso está muy bien, pero necesito una mayoría para ganar».
Así funciona la democracia. No basta con tener el apoyo de un grupo pequeño, aunque este sea muy influyente o educado. Ganar una elección requiere el respaldo de las masas porque el voto de cada persona cuenta por igual.

