El secretario general de la ONU, António Guterres, envió sendas cartas a las misiones de Rusia y de Ucrania ante el organismo multilateral para pedir un encuentro con los líderes de esos países, anunciaron fuentes oficiales.
De acuerdo con el comunicado difundido por la oficina de su portavoz, el titular pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, que lo recibiera en Moscú y también al mandatario ucraniano, Volodymyr Zelensky, que se reuniera con él en Kiev.
La víspera se entregaron ambas misivas, las cuales destacan que, en este momento de gran peligro, a Guterres le gustaría discutir medidas urgentes con el fin de lograr la paz en Ucrania y asegurar el futuro del multilateralismo basado en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
Además, el titular señaló que tanto Ucrania como Rusia son miembros fundadores de las Naciones Unidas y siempre han sido firmes partidarios de esta organización.
Por otra parte, Guterres demandó una tregua humanitaria de cuatro días en Ucrania, con el fin de abrir corredores seguros para la entrada de asistencia y la evacuación de civiles.
Esta pausa sería de 21 al 24 de abril, coincidiendo con la jornada cristiana ortodoxa de Semana Santa, dijo el titular a la prensa acreditada ante Naciones Unidas.
Asimismo, lamentó el sufrimiento de los civiles ucranianos y convocó a realizar todos los esfuerzos para evitarle más dolor a esas personas.
De ahí que una pausa humanitaria sea cada vez más urgente, subrayó el máximo representante de Naciones Unidas.
Rusos y ucranianos deben «silenciar las armas de fuego y forjar un camino hacia la seguridad para tantas personas en riesgo inmediato», expresó el diplomático portugués.
La pausa humanitaria propuesta por la ONU permitirá que los civiles puedan trasladarse de las áreas de confrontación y también la entrega de más apoyo humanitario a lugares que los necesitan, como Mariúpol, Donetsk, Lugansk y Jersón.
De acuerdo con datos del organismo multilateral, más de cuatro millones de personas en esas zonas necesitan ayuda.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar especial en Ucrania, luego de que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
Putin declaró que el objetivo de la operación militar consiste en defender a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, cuyas poblaciones han sido en los últimos ocho años «objeto de vejaciones y genocidio por parte de Kiev».