Puerto Príncipe.– La violencia creciente protagonizada por pandillas en Haití ha llevado a que 200,000 niños se vean privados de acceso a la educación, poniendo en grave riesgo su futuro y el de toda la nación caribeña.
Esta alarmante situación, intensificada desde 2024, afecta a más de 900 colegios resultaron cerrados o convertidos en refugios para los desplazados por los constantes enfrentamientos armados.
La situación se ha vuelto aún más crítica en 2025, cuando las pandillas destruyeron 47 escuelas en Puerto Príncipe, lo que ha aumentado la crisis educativa en el país.
Según el diario Le Nouvelliste, niños a partir de los 10 años quedan reclutados por los grupos armados, lo que constituye una grave violación de los derechos humanos y de su derecho a la educación.
Geetanjali Narayan, representante de Unicef en Haití, advirtió que la inseguridad y la violencia han llevado a que uno de cada siete niños en el país no asista a la escuela, y casi un millón más esté en riesgo de abandonar el sistema educativo. La falta de educación está dejando a los niños más vulnerables a ser explotados y reclutados por las bandas criminales, cuyas filas incluyen ahora a niños, algunos de tan solo ocho años.
El reclutamiento infantil en Haití ha aumentado un 70% en 2024, y hasta la mitad de los miembros de las pandillas son menores de edad. Sin acceso a la educación, los niños se ven obligados a enfrentarse a un futuro incierto, atrapados en un ciclo de violencia y privaciones.
Narayan destacó que la educación es una de las herramientas más efectivas para romper este ciclo y brindar a los niños haitianos una oportunidad para un futuro mejor. En un país donde la seguridad sigue siendo una de las principales preocupaciones, garantizar el acceso a la educación es una prioridad urgente para evitar que una generación entera se pierda en la violencia.
La situación en Haití refleja una crisis de seguridad que ha desbordado el sistema educativo, afectando el bienestar de los niños y poniendo en peligro la estabilidad futura del país. Sin medidas urgentes para frenar la violencia y proteger a los infantes, el futuro de Haití se ve cada vez más sombrío.