Cuenta la hemeroteca que un avezado paparazzi galo captó en noviembre de 2013 a Cristiano Ronaldo en Disneyland Paris junto a una joven morena. El delantero iba ataviado con gabardina, peluca oscura y una gorra. Eran las primeras fotos de Cristiano y Georgina Rodríguez en su primera escapada como pareja.
El futbolista aún recuerda la surrealista escena. «Estábamos caminando, y la peluca se me iba para atrás, como si estuviera saltando y yo la iba agarrando, pero la gente me miraba y la peluca saltaba y dije (“me van a pillar”)».
CR7 recordaba la hilarante situación en el documental «Soy Georgina». Las imágenes, al margen del frustrado intento de pasar desapercibido junto a su nuevo amor, servían para mostrar al mundo a Georgina, la nueva novia del astro portugués. Sin embargo, no era una más. La bailarina pronto pasó de ser la «novia de», ese título que da la fugacidad en las relaciones sentimentales, para convertirse en una celebrity con entidad propia.
Poco queda de aquella joven dependienta que atendía en una firma de lujo en El Corte Inglés del Paseo de la Castellana, en Madrid. La revista «Forbes» lleva esta semana a Georgina Rodríguez a la portada de su revista con motivo del número especial «30 under 30», donde recoge la nómina de los españoles que han alcanzado el éxito antes de los 30. La bailarina e influencer, recién llegada del Festival de Venecia, se mostraba «feliz de formar parte de la lista». A sus 30 años cumplidos el pasado mes de enero, y a punto de estrenar la tercera temporada de su exitoso docureality en Netflix, la novia de Ronaldo vive un momento de plenitud absoluta tanto en su vida profesional como en la personal. Hasta el punto de eclipsar en algún caso a su propio novio.
La hispano argentina reina en las redes con casi 63 millones de seguidores. Sus campañas como modelo de moda y su trabajo como influencer convierten todo lo que toca en un éxito de ventas y replican positivamente en las marcas, que se la rifan, literalmente.
En España su representante, Susana Uribarri, ha sabido medir su participación en proyectos muy cuidados para no «quemar» su imagen. En los últimos tiempos Georgina, además, es la culpable del cambio en la estrategia de marketing de Cristiano Ronaldo en el mundo de las redes sociales.
La jacetana tiene mucho que ver con el nuevo proyecto en Youtube de CR7. Hasta el momento el delantero apostaba por negocios más relacionados con el mundo inmobiliario, como los hoteles o los gimnasios que llevan su nombre. Es Georgina la que ha animado a la astro portugués a ofrecer a sus fans una versión más cercana y actualizada a través de la redes sociales. Un cambio de registro que ya le genera pingües beneficios. Teniendo en cuenta que la plataforma online paga unos dos euros por cada mil visualizaciones, Cristiano Ronaldo facturó alrededor de 170.000 euros en su primer día con el canal de Youtube, consiguiendo 19 millones de suscriptores y 85 millones de reproducciones. Las cifras de negocio hablan por sí solas. En un mes abierto, el canal «UR Cristiano» acumula casi 58 millones de suscriptores.
Empresaria de éxito
Al margen de su presencia en medios, Georgina también es una empresaria de éxito. Hace 6 años se embarcó en el negocio de los transplantes capilares creando Insparya Hair Medical Clinic SL. A pesar de que se trató de un emprendimiento de la modelo, la bailarina contó con su pareja como inversor. La sociedad, en la que Georgina es administradora, tiene a Cristiano Ronaldo como socio. El negocio no puede irle mejor. En el último ejercicio registrado de 2020, Insparya presentó unas ventas de más de 10,5 millones de euros y unos beneficios de casi dos millones.
Con un activo total de más de 4 millones de euros, la clínica de Georgina es un referente en la capital en cuanto al tratamiento de la alopecia y el injerto de pelo.
Como su pareja, que tuvo que pagar 19 millones de euros por cuatro delitos contra la Agencia Tributaria, Georgina también ha vivido su particular via crucis con Hacienda. La Agencia Tributaria le abrió a su clínica capilar un expediente por emitir facturas sin IVA a centenares de clientes entre 2019 y 2021. La clínica se justificaba afirmando que la alopecia «es una enfermedad» y en que «los servicios médicos de diagnóstico, prevención, tratamiento y cura» quedaban por tanto exentos de este impuesto. Algo con lo que la Agencia Tributaria no estaba de acuerdo por considerar que los trasplantes capilares tienen «fines puramente estéticos» y, por tanto, deben ser gravados con un 21 por ciento de IVA.
Vuelve “Soy Georgina”
Su docu-reality en Netflix está a punto de presentar su tercera temporada. La serie sobre la vida de Georgina y su familia se ha convertido en uno de los títulos de más éxito a nivel mundial en la plataforma de streaming. La tercera entrega se estrena el próximo 18 de septiembre. Aunque se desconoce el dinero que facturará la joven, recordemos que Netflix pagó 9 millones de euros por seis episodios de la primera temporada. Una cantidad que podría verse ampliamente incrementada tras el éxito rotundo de las dos entregas anteriores. Está claro que todo lo que toca lo convierte en éxito.