Ecologistas denunciaron la presencia de una compañía que se dedicará a la producción de Cocos, la cual introdujo equipos y maquinaria para preparar terrenos en el área protegida del parque nacional Bahía de Estero Balsa de esta localidad, con una extensión de 9.3 kilómetros.
En los terrenos que están ubicado en el kilómetro 15 de la autopista Manolo Tavares Justo, tramo Los Conucos – Copey, fueron introducidos palas mecánicas, un drot y un buldócer, que provocan la remoción de terrenos y construyen canales para desviar las aguas que alimentan los manglares.
El lugar es habitado por diversas especies de aves migratorias que visitan cada año para aparearse como Patos Florida Flamenco, y aves endémicas de la zona, como cigua palmera, gallaretas, pericos, cotorras, tórtolas y otras especies. Se trata de una sabana que ha sido cubierta con el crecimiento de los manglares desde la bahía de Estero Balsa, en Manzanillo, por lo que fue declarado parque nacional.
El ecologista Mario Almonte, considero la depredación que está realizando como un crimen de humanidad, ya que también esto forma parte del pulmón natural que produce aire oxigenado en la zona y atractivo turístico para las personas que transitan por la carretera con una recta de 19 kilómetros de longitud.
La presencia de los equipos y maquinarias llamó la atención a todos y los que operan allí, solo se limitan a decir que quien ordenó realizar los trabajos es un empresario de nombre José Marcano para sembrar Cocos.
De acuerdo con la denuncia e imágenes presentadas, las aguas de desagüe del proyecto agrícola Mangrunito que iban hacia la zona de los manglares, están siendo desviada con una retro excavadora, lo que ponen en riesgo la existencia de esos árboles y especies.
Mario Almonte, añadió que varias especies están muriendo en el lugar, donde está siendo destruido su habitad, Eco sistema y refugio de aves silvestre en el área protegida del parque nacional Montecristi.
La zona que está siendo devastada también es conocida como la Sabana de los burros, donde habita una manada de más de 50 de esos animales realengos que deambulan entre los terrenos del humedal.
Almonte reclama la atención del ministro de Medio Ambiente y recursos naturales Orlando Jorge Mera, ya que la zona violentada es protegida por la por ley 64-00, que rige ese ministerio.