El comercio de plásticos superó los 1,1 billones de dólares en 2023, lo que representa el 5% del comercio mundial de mercancías, mientras la contaminación por estos desechos acelera los impactos ecológicos, económicos y sociales a nivel mundial.
El 75% de todo el plástico producido termina siendo residuos, y una gran parte de estos acaba en los océanos y ecosistemas, incrementando la crisis ambiental.
“La contaminación por plásticos es un problema global urgente, que afecta especialmente a los países en desarrollo que carecen de infraestructura para gestionar residuos. Esta crisis es sistémica, transfronteriza y cada vez más peligrosa”, afirma María Gómez, portavoz de Greenpeace España.
“Si no tomamos medidas radicales, los océanos podrían contener más plástico que peces para 2050”.
Impacto ambiental y social
La descomposición de plásticos es un proceso extremadamente lento. Por ejemplo, una botella de plástico puede tardar hasta 1.000 años en descomponerse si no está expuesta a los elementos.
Este material, que representa más del 90% de los plásticos derivados de combustibles fósiles, ha impulsado el crecimiento global en sectores como el empaquetado de alimentos (42% de la producción de plásticos), pero a un gran costo para el medio ambiente.
A pesar de los esfuerzos de reciclaje, aún estamos muy lejos de una solución efectiva. En Europa, aunque el reciclaje de plásticos se ha duplicado desde 2006, el 25% de los residuos plásticos aún terminan en vertederos, y en España, solo el 30% de los plásticos son reciclados. Esto muestra la brecha entre la producción y la gestión de estos residuos.
La crisis de los plásticos en los océanos
Cada año, 8 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos, y el 86% de estos residuos provienen de Asia. En China, que produce alrededor del 30% del plástico global, el reciclaje y la gestión de residuos no han logrado contener este flujo masivo. En 2017, el río Yangtze transportó 1,47 millones de toneladas de plástico al mar, destacando la necesidad urgente de políticas de gestión eficaces.
La contaminación por plásticos ha sido reconocida como parte de la triple crisis planetaria: contaminación, pérdida de biodiversidad y cambio climático. Sin embargo, la falta de un tratado internacional integral ha retrasado una respuesta coordinada global.
Aunque actualmente se están llevando a cabo negociaciones para un instrumento legal contra la contaminación por plásticos, aún no existe un acuerdo global que regule de manera efectiva toda la cadena de vida del plástico: su producción, uso y disposición final.
¿Una solución en el Tratado Mundial sobre Plásticos?
El Tratado Mundial sobre los Plásticos representa una oportunidad clave para abordar este problema. Se busca una armonización global que incluya medidas comerciales, incentivos para el reciclaje y la innovación en sustitutos sostenibles.
A medida que el mercado de los sustitutos no plásticos crece (con un valor de 485.000 millones de dólares en 2023), la falta de apoyo y políticas adecuadas sigue siendo una barrera para el cambio.
“Este tratado tiene que ser una oportunidad para transformar el comercio y la gestión de los plásticos. Es urgente que todos los países colaboren para reducir la producción de plásticos de un solo uso y fomentar alternativas biodegradables”, concluye María Gómez.
Con datos de: ONU y National Geographic

