El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió ayer sábado un cese al fuego tras otro día de ataques israelíes contra Hezbolá en Líbano, parte de una prolongada campaña de bombardeos contra los bastiones de ese grupo islamista respaldado por Irán.
“Es hora de un alto el fuego”, respondió Biden a un periodista que le preguntaba si era inevitable una invasión terrestre de Israel en territorio libanés.
Israel rechazó el jueves los llamamientos mundiales a un alto el fuego con el movimiento Hezbolá y anunció que seguirá adelante con sus ataques, que han causado centenares de muertos en el Líbano.
Según el Ministerio de Salud libanés, 33 personas murieron y 195 resultaron heridas en los intensos bombardeos israelíes contra Líbano el sábado.
“La agresión israelí contra las regiones libanesas causaron 33 muertos hoy e hirieron a 195 personas”, indicó esa cartera en un comunicado, en el sexto día de una campaña de ataques israelíes en bastiones del grupo islamista Hezbolá.
En una declaración de la Casa Blanca, Biden subrayó su apoyo incondicional al ataque israelí que causó la muerte del líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, ocurrido el viernes en Beirut mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se encontraba participando en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
El mandatario estadounidense dijo que la muerte de Nasrallah era “una medida de justicia con las víctimas, y respaldó el derecho de Israel a defenderse de los grupos apoyados por Irán.
Agregó que había ordenado al secretario de Defensa, Lloyd Austin, que reforzara aún más las posiciones de las fuerzas militares estadounidenses en Oriente Medio, para disuadir la agresión y reducir el riesgo de una guerra más amplia.
En última instancia, dijo Biden, EE.UU. pretendía desescalar los conflictos en Gaza y Líbano por medios diplomáticos.