China ya actúa como mediador entre Ucrania y Rusia, aseguró este lunes el ministro de Exteriores de la segunda economía del mundo, Wang Yi, en las declaraciones más claras de su Gobierno hasta el momento sobre la posibilidad de aceptar un papel de intermediación en el conflicto.
En su principal rueda de prensa del año, durante la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, equivalente al Parlamento chino), Wang ha asegurado además que la Cruz Roja china enviará ayuda humanitaria a Ucrania “tan pronto como sea posible”.
En la comparecencia, en la que ha respondido a través de una gran pantalla de televisión desde el Gran Palacio del Pueblo las preguntas que le formulaban los periodistas en un centro de prensa a kilómetros de distancia, el ministro ha asegurado que su país está “dispuesto” a asumir un papel en la crisis ucrania y actuar como mediador para poner fin a la guerra.
Las de este lunes de Wang son las declaraciones más claras hasta ahora por parte de Pekín acerca de su disposición a mediar.
China mantiene excelentes relaciones con Rusia, pero también con Ucrania, que le suministra armamento y cerca del 80% de las importaciones chinas de maíz.
La mediación fue solicitada por Ucrania
La semana pasada, en una conversación entre Wang y el ministro de Exteriores ucranio, Dmitro Kuleba, el representante del Gobierno en Kiev pidió al titular chino la mediación de Pekín, según la versión de la conversación distribuida por el Ministerio de Exteriores chino. Pero hasta hoy, China había evitado responder de manera clara sobre su disposición a implicarse como intermediario.
A lo largo de los días, la posibilidad de una mediación de Pekín ha obtenido eco en otras instancias: el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, indicaba en declaraciones publicadas por El Mundo que “aquí tiene un papel que jugar la diplomacia china”.
“Porque no hay alternativa. No podemos ser nosotros los mediadores, es obvio. No hay formato Normandía posible [en jerga diplomática, el grupo compuesto por representantes de alto nivel de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania]. Y no puede ser Estados Unidos. ¿Quién si no? Debe ser China, confío en ello”, añadía.
Pekín ha adoptado en el conflicto lo que algunos expertos han descrito como una “neutralidad escorada”. Con esta postura, pese a utilizar un lenguaje cauto, se inclina hacia Moscú, el socio estratégico con el que ha estrechado relaciones de manera gradual en la última década y muy especialmente desde el 4 de febrero, cuando se reunieron los presidentes Vladímir Putin y Xi Jinping en Pekín y suscribieron una declaración conjunta en la que aseguran que la cooperación bilateral “no tiene límites” ni ningún área vetada.